Militares de las bases aéreas Escuela Mariscal Sucre y El Libertador ubicadas en Maracay, estado Aragua, recibieron el curso de Diseño de Circuitos Impresos (PCB, según sus siglas en inglés) por parte del Centro Nacional de Desarrollo e Investigación en Telecomunicaciones (Cendit), ente adscrito al Ministerio del Poder Popular para Ciencia y Tecnología (Mincyt).
Yaneime Umbría, ingeniera electrónica e instructora del curso explicó, “Hubo mucho interés y participación de su parte. Se dio una interacción positiva que nos permitió un intercambio y aprender de su experiencia sobre conversores utilizados en automóviles computarizados”, señaló.
La mayoría de los diez asistentes al curso son ingenieros en Electrónica pertenecientes al Centro de Servicios Logísticos del Comando de Defensa Aeroespacial Integral (Ceserlodai), este hecho facilitó ampliar, durante los tres días de jornada, los detalles de los puntos tratados, a saber: introducción al diseño de circuitos impresos, elementos presentes en un PCB, tecnología de montaje de los componentes, buenas prácticas en el diseño y normativa. En el entorno de trabajo se tocaron temas como diseño de esquemáticos, ubicación de componentes y trazado de pistas, creación de símbolos y huellas de los componentes, edición y gestión de proyectos.
Lo bueno se hace esperar
El Coronel Jesús Orellano expresó que el interés por participar en esta formación se remonta a hace más de tres años, cuando la presidencia del Cendit estaba a cargo de Gloria Carvalho, actual Viceministra para el Desarrollo de Tecnologías de la Información y la Comunicación del Mincyt. “En ese momento nos reunimos pero luego surgieron otros compromisos; además, vino la pandemia y es ahora cuando pudimos hacer el curso que excedió nuestras expectativas”, explicó.
Los militares de la aviación cuentan con una línea de prototipado, similar a la del Cendit. Por tanto, la capacitación recibida les permitirá actualizar y perfeccionar sus procesos previo a la reactivación de la fabricación de tarjetas electrónicas que realizan para cualquiera de sus múltiples proyectos vinculados a la seguridad y defensa de la República Bolivariana de Venezuela. “Nuestro objetivo es contribuir, desde el servicio de investigación y desarrollo del Ceserlodai, con las problemáticas existentes para dar soluciones oportunas mediante la tecnología”, concluyó Orellana.
La capacitación incluyó un recorrido por el Laboratorio de Electrónica de Comunicaciones del Cendit, en el cual pudieron apreciar la fabricación de una tarjeta en proceso de construcción.
La puesta de conocimientos al servicio de las necesidades del país se evidenció en el restablecimiento de la conexión de fibra óptica por parte del Centro Nacional de Desarrollo e Investigación en Telecomunicaciones (Cendit) en beneficio del Instituto de Biología Experimental (IBE) de la Universidad Central de Venezuela (UCV).
La articulación para esta positiva acción responde a la necesidad de que el área de la biblioteca del instituto de investigaciones contara nuevamente con acceso a internet. Dicha área acoge al personal de la empresa Agrobiotech, encargada de producir alternativas biológicas para el control de poblaciones de polillas como la Palometa Peluda (Hylesia metabus), a través de un proyecto financiado por el Fondo Nacional de Ciencia y Tecnología (Fonacit).
Maira Oropeza, directora del IBE-UCV, manifestó que “la articulación entre la dirección del IBE, el Cendit y Agrobiotech, fue certera permitiendo la restitución del servicio en tiempo récord. Como directora de esta institución, estamos sumamente agradecidos por el apoyo brindado”.
Punto a punto
Específicamente, los profesionales de la Unidad de Fotónica del Cendit inspeccionaron el estado del tendido de fibra aéreo hasta el techo del edificio de la biblioteca, cerciorándose de la disposición de las conexiones y equipamiento necesario para establecer el enlace punto a punto. Tras realizar el diagnóstico y en una segunda visita los investigadores del Cendit apoyados por del personal de servicios generales del IBE, canalizaron el cableado hasta el cuarto que alberga el panel de conexiones dispuesto para los enlaces de red con la fibra óptica. Una vez realizada la canalización necesaria se procedió a instalar la Bandeja ODF (optical distribution frame), cuya función es realizar la distribución del cableado de fibra óptica. Posteriormente, se preparó y se empalmó la fibra óptica.
Asimismo, se realizaron las conexiones de los equipos que efectuarían la conversión de óptico a eléctrico para poder establecer la conexión entre los interruptores de red instalados en los paneles de conexiones de ambos edificios y lograr el enlace requerido.
Prensa Cendit/ Pierina Quintero
Proceso de Empalmado de FibraDescubrimiento del núcleo de la fibra
Estudiantes de Ciencias Fiscales, mención Finanzas Públicas, de la Escuela Nacional de Administración y Hacienda Pública (Enaph) visitaron al Centro Nacional de Desarrollo e Investigación en Telecomunicaciones (Cendit) para comprender cómo sus conocimientos sobre estructuras de costos y su correcta ejecución, se vinculan en la toma de decisiones para la fabricación de dispositivos tecnológicos en el país, iniciativas que consolidan la soberanía e independencia tecnológica, más en tiempos de bloqueo desde EE.UU y sus países satélites, en contra de Venezuela.
Con las orientaciones de su docente Eddi Lupi, los visitantes comprendieron la importancia de la carrera que están a punto de culminar para el desarrollo estratégico de la nación. Conocieron de mano de sus investigadores cómo la iniciativa Cayapa Heroica, que partió de la reparación de componentes electrónicos de incubadoras, ha aumentado sus áreas de aplicabilidad al emplearse para poner en funcionamiento otros equipos, lo que resulta en un ahorro significativo para el país, al repararlos y no importarlos.
Tras la explicación de las fases implicadas en la línea de prototipado de tarjetas electrónicas del Cendit, los alumnos visualizaron la función que tendrían como profesionales al determinar los precios reales de los componentes o materiales necesarios para la fabricación de este elemento esencial de los equipos electrónicos. Aquí demostraron su emoción al comprenderse parte esencial de la aplicación de programas nacionales en las áreas de ciencia y tecnología como la fabricación y dotación de módems a las escuelas públicas para la mejora de la conectividad, proyecto en el cual el Cendit participó como parte del Polo Científico-Tecnológico Venezolano.
Asimismo, en el Laboratorio de Fotónica observaron los materiales y equipos especializados para los sistemas con fibra óptica, causando gran interés por su relación con el acceso a internet. Por su parte, en los laboratorios de certificación pudieron conocer el interés del Estado en ejecutar pruebas a los dispositivos de telecomunicaciones para determinar no sólo su funcionamiento, calidad, sino para descartar efectos adversos que estos puedan generar en el usuario final.
El acceso a los espacios científicos del ente adscrito al Ministerio del Poder Popular para Ciencia y Tecnología, les permitió evidenciar la relación entre la correcta ejecución de una auditoría interna y la operatividad de los entes públicos. De esta forma, la socialización del conocimiento, a través de la ruta científica, tributa a afianzar la articulación entre dependencias de la administración pública y la educación universitaria.
Una amena conversa se llevó a cabo en la sede de la Fundación Centro Nacional para el Desarrollo e Investigación en Telecomunicaciones (Cendit) en el marco del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, que se celebra anualmente los 11 de febrero.
El encuentro tuvo como referencia el papel que actualmente ejercen Gabriela Jiménez-Ramírez, Bióloga y ministra del poder popular para ciencia y tecnología; Gloria Carvalho, Phd. en dispositivos electrónicos y viceministra para el desarrollo de las tecnologías de información y ex presidenta del Cendit; y Carlelinés Gavidia, Ingeniera en telecomunicaciones, coordinadora nacional de la Cayapa Heroica y jefa de la unidad de electrónica de comunicaciones del Cendit.
En este contexto, Gavidia compartió la enorme responsabilidad que significó para ella convertirse en lideresa de la Cayapa Heroica. “Fue salir de mi zona de confort en el Cendit para ser la cara visible de una iniciativa en un momento tan importante para el país. Fue aprender a manejar nuevas situaciones porque si me equivocaba no era solo yo, sino una institucionalidad la que se vería comprometida”, añadió.
La ingeniera en Telecomunicaciones manifestó que en la actual gestión ministerial se ha notado más la presencia de mujeres haciendo ciencia, lo cual es un reflejo del apoyo gubernamental a las iniciativas de género femenino. Por su parte, Yaremi Gamboa, Ingeniera eléctrica y jefa de la unidad de propagación de antenas del Cendit narró su experiencia personal sobre cómo llegó al área de telecomunicaciones. “En mi casa siempre me recalcaron que estudiara para que pudiera mantenerme por mi misma. Recuerdo que quería ser maestra de matemáticas y “mandarina”, que quería decir bailarina (risas)”. Gracias a su hermano, Gamboa conoció la ingeniería y en esa área inició sus estudios universitarios.
Confesó que en algún momento llegó a dudar de su selección académica, hasta que vio la materia de propagación (de antenas) y “dije: sí, definitivamente esto es lo mío”. Vale destacar que entre los variados proyectos que lidera Gamboa, se encuentra el de la construcción de un circulador de radiofrecuencia con ferrita producida nacionalmente.
Los caballeros también tomaron la palabra en homenaje a sus compañeras de trabajo. Tal fue el caso del profesor Rafael Rivero, asesor en Electrónica, quien compartió la anécdota familiar de haber tenido una tía que quiso estudiar biología “pero su mamá, mi abuela, hizo que se graduara en administración porque qué era eso de ir para el monte a estudiar bichos”. Entre las asistentes también estuvieron servidoras públicas de otras dependencias del Cendit, debido a que igualmente suman al desarrollo de ciencia con el trabajo diario en pro del avance y de la soberanía tecnológica de Venezuela.
Por su parte, Ramona Alvarado, servidora pública de la tercera edad, quien agradeció la oportunidad de haber estudiado en las misiones educativas impulsadas por el entonces presidente Hugo Chávez y recientemente, ayudó en la fabricación de los filtros de aire para las incubadoras reparadas por la Cayapa Heroica.
Especialistas de Cayapa Heroica restableció los servicios de fibra óptica de la Universidad Simón Bolívar, lo que permite que más de 7 mil estudiantes que cursan estudios de forma virtual y presencial vean mejorados los servicios educativos y administrativos de esta casa de estudios.
Los enlaces de internet reactivados prestan servicio al 70 % del campus universitario, conectando áreas vitales para la investigación en las áreas de física, electrónica y química.
José Ruiz, profesor de física y director de la Unidad de Laboratorios, recalcó la importancia del trabajo realizado por los especialistas en fotónica. “Los edificios reconectados permiten que los profesores impartan las clases virtuales desde los espacios académicos y mantienen al día actividades vitales, para el funcionamiento de la universidad como registros de estudiantes y la emisión de documentos ligados al control de estudios”.
En tanto, Nicola Baglivi, director de Servicios Telemáticos de la Universidad Simón Bolívar (USB), exaltó la pericia y dedicación del personal involucrado en las labores. “Es un trabajo que amerita horas de concentración y paciencia, además de alto nivel técnico para obtener resultados exitosos, toda la comunidad universitaria está agradecida”.
Por su parte, Luis Santos, jefe de la Unidad de Fotónica de la Fundación Centro Nacional de Desarrollo e Investigación en Telecomunicaciones (Cendit), explicó que durante las tres jornadas de trabajo se identificaron dieciséis enlaces de fibra con fracturas en diferentes puntos, lo que requirió la aplicación de dos técnicas de reconexión, empalme y conectorización.
“En el empalme de fibra se fusionan ambos extremos a través de un arco eléctrico e impresión de calor posterior a la unión utilizando un equipo especializado, se incorpora un manguito termoencogible que recubre el núcleo y protege la unión realizada”, detalló.
En el caso de la conectorización se incorpora al extremo cortado un nuevo conector, el cual se fija a través de pegamento especial y se lijan las imperfecciones de la férula para lograr el acabado necesario en el conector.
La recuperación de los enlaces forma parte del apoyo realizado desde el Polo Científico Tecnológico, por medio del financiamiento del Ministerio del Poder Popular para Ciencia y Tecnología.
La feria estará abierta al público del 5 al 7 de noviembre con acceso libre
Wladimir Yánez, Ingeniero en electrónica y profesional de Investigación de la Unidad de Propagación y Antenas participa como expositor en la feria tecnológica que busca proyectar las capacidades e innovaciones de las instituciones y empresas tanto públicas como privadas del país.
En la muestra expositiva del Cendit estarán disponibles cuatro de los proyectos emblema de nuestro Centro de Investigación, Antena de recepción para Televisión Digital Abierta, prototipo de Piranómetro, Módem para conexión de internet configurado para el servicio de CANTV ADSL y tres diseños de Herrajes para tendidos aéreos de fibra óptica.
Durante la exposición se dará información detallada sobre los programas de formación dictados por la Unidad de Fotónica del Cendit para especialización en Fibra óptica. La Expo Tecnología Aeronáutica se desarrolla en el Centro Comercial Los Aviadores en Maracay.
La clásica historia: un ejército de chamos y chamas reconstruye y rehabilita artefactos ahí donde «dicen» que todo es desánimo y destrucción, y casi nadie se entera
Gustavo Mérida / Fotos:Candi Moncada
Todos los días llueve, pero seguro, hoy no llueve. O no importa. Es una manera de olvidar el paraguas y devolverse por el tapabocas. Caracas, dicen, tiene una luz especial en noviembre, y a este año de Dios o de saltos, y de santos, le alcanza para hacer, al menos, una cuarentena más. En la avenida Sucre, afuera de la Clínica Popular de Catia, la cola estaba más o menos; “para rayos x”, me dijo la señora, última de la fila. La entrada de emergencias está más abajo.
Después fue mediodía, como será mañana. Afuera, un tipo vestido como médico –o enfermero- vendía café en la plazoleta. Todo estaba húmedo. “No puede estar aquí”, me dijo la señora, otra señora, sin dejar de caminar, sin mirarme. Antes, dos funerarios esperaban poder meter al cadáver en la urna de metal. La lluvia parece detener algo, allá, dentro de la Clínica. Por eso estamos en esta plazoleta, comprando un café, que no hay punto de venta, dice el vendedor uniformado, entonces un pago móvil, pienso, y a quién le pido y ya se lo hago señor y me voy sin café a molestar a alguien para que lo haga.
Andando
Adentro de la clínica quedó Bruce, que es un joven, ingeniero, graduado en la Universidad Nacional Experimental de la Fuerza Armada de Venezuela (UNEFA). Usa lentes, es callado, es venezolano. Viste franela y jeans. Junto a Miguel Ojeda y Wladimir Yànez, que también andaban vestidos, y que también son venezolanos, andan con maletines y bolsos y equipos en una movida científica y esa mañana, aquella mañana, cambiaron el “apresto operacional” de esa área del centro de salud, también con cola por la entrada de emergencias. Me tomaron la tensión, probando el equipo. Se tomaron la tensión. La enfermera, después, comprobó. “Ajá. ¿Y qué tenía?”.
Si usted ve a una pila de gente empujando un carro que se quedó sin gasolina, por ejemplo, eso es una “cayapa”. Si otra pila, de otras gentes, hace otras cosas contra un ser humano, también se le llama igual. Se adjetiva cuando lo merece: solucionar el conflicto con los sensores de temperatura de una incubadora mientras esta está ocupada por un pequeñísimo ser humano, tiene una pequeña dosis de heroicidad. O grande; la dosis, dicen los médicos, es la clave.
La Cayapa heroica
Candi Moncada, mamá de Arel Ramsés, no se quita el tapabocas, no se queda quieta, recoge los platos de cualquier almuerzo breve, y con mucho amor y desprendimiento, le da una tajada, completa, a su hijo. Un trozo de plátano frito que, como acompañante, es insustituible. Toma fotos de una flor, carga un bolso que es un morral, suena sus huesos, ordena su cama. Su verbo atraviesa bozales. Toma fotos de todo. Mide el feminismo y el extremismo mezclando la ciencia, la etnografía y los silencios.
Esa mañana, en la clínica popular de Catia, ella saca un termo de café que preparó su madre, lo reparte con galletas, carga alcohol, rocía, nos rocía. Voy y vengo, andando y desandando los pasillos. Ya no hay cola afuera, llueve, deja de llover. Los funerarios desinfectan la carroza. “Peligro, planta eléctrica”; “Peligro, gases medicinales”, más y más carteles de advertencia, en letras negras sobre fondo amarillo, óxido nitroso, cuarto de bombas, una camilla mojada y adentro, tres jóvenes, en cayapa, destapan equipos, leen manuales, llaman por teléfono, sacan la pieza o parte que le falta a algún aparato de este centro de salud, lo arreglan y se van. Así de simple.
El trabajo se hace en la oficina de Servicios generales o mantenimiento. Una trabajadora come comida que llevó de su casa: arroz, plátano (tajada), caraota, huevo, carne mechada. Ya es mediodía.
¿Cómo llegaron aquí?En 2018, nos relata Candi Moncada, el gobernador de Miranda, Héctor Rodríguez, organiza todos los entes que hacen vida en el estado en las Mesas de Ciencia y Tecnología. “Dispongamos de esos conocimientos para resolver los problemas de este estado”. La cantidad de incubadoras fuera de servicio, porque no tenían servicio técnico autorizado, era “inmensa”, dentro de una larga lista de debilidades. Una empresa extranjera era la responsable de ese servicio; las incubadoras son importadas desde Argentina, y el convenio lo incluye. Llegó Mauricio Macri y se acabó el convenio. Muy conveniente. Y así en otras áreas.
Desde uno de los viceministerios de Ciencia y Tecnología, reflexionan. “Tenemos técnicos en electrónica, telecomunicaciones, fotónica; tenemos un laboratorio de electrónica con capacidad de producir cualquier dispositivo electrónico. Si la falla es electrónica, nosotros podemos, al menos, diagnosticar para ver cuál es el problema”.
Tres meses después, los investigadores, con su metodología, empezaron a trabajar. Ese viceministerio lo dirige una mujer. Madre, como Candi.
Meterle mano
“Cuando las dos primeras incubadoras llegan al Cendit (Centro Nacional de Desarrollo e Investigación en Telecomunicaciones) nadie sabía de equipos médicos”. En diez días se encontró la falla y salieron operativas. Esas eran del hospital Victorino Santaella, en la capital del estado. Después de eso, empezó la fiesta: equipos y más equipos que llegaban al Cendit, del Materno Infantil de Petare, por ejemplo.
Pero en el Cendit son poquitos, es un laboratorio pequeño, porque es un centro de investigación. Cuando empezaron a llegar camiones repletos de incubadoras, de tensiómetros, lámparas de fototerapia y un montón de cosas más, se dieron cuenta de que la tarea era grande. “Es en ese momento cuando nace la Cayapa”, relata Moncada, inquieta, viendo todo, atenta a los detalles. Nacen las alianzas; primero, con Industrias Canaima, que mandó dos técnicos a “aprender el camino que ya habían recorrido”.
“Ahorita, todos los entes de Ciencia y Tecnología están a disposición de la Cayapa, de una u otra forma”. Ipostel, por ejemplo, brinda el apoyo para el transporte y traslado de equipos y componentes. A tres años de la firma de ese convenio entre la Gobernación de Miranda y el Ministerio de Ciencia y Tecnología, se ha expandido a todo el territorio nacional; hemos formado personal técnico en otros estados, Lara y Nueva Esparta; de allí han ido a Sucre y de Lara a Portuguesa y Yaracuy”.
La corrupción, o tal vez solo la desinformación, choca con la Cayapa. En Lara, por ejemplo, se repararon unos nebulizadores. Una sobrina de uno de los técnicos, necesitó esa terapia y acudió al hospital en donde trabajó su tío. Al llegar, le dijeron que los nebulizadores estaban dañados. “¡Pero si mi tío lo arregló hace dos días!”.
Tenían tanto tiempo fuera de servicio, que “seguían así”. Antes, nadie se atrevía a meterle mano a un equipo médico. “Atreverse es un acto transformador”, afirma Moncada. La sensibilidad es distinta. No es lo mismo reparar un decodificador, una tarjeta electrónica, que un equipo del que dependa una vida.
La cayapa, en sí misma, no es el trabajo. Son profesionales investigadores, con proyectos de investigación, construyendo dispositivos, diseños. Son dos chambas a la vez. El pago móvil se hizo. Si usted anda por la avenida Sucre, de Catia, llegue a la plazoleta. Hay uno pago, pequeño.