La ciencia de las fuentes conmutadas

(Caracas, 4 de junio de 2025).- En un mundo dependiente en gran medida de los equipos electrónicos, es común encontrar dispositivos que utilizan fuentes conmutadas. Este tipo de alimentación electrónica regula la energía mediante una rápida transformación a través de un módulo controlador dedicado a este tipo de aplicación y puede considerarse como el corazón de los dispositivos electrónicos.

Sobre este tema, investigadores de la Unidad de Electrónica de Comunicaciones de la Fundación Centro Nacional de Desarrollo e Investigación en Telecomunicaciones (Cendit) compartieron sus valiosos conocimientos sobre las funciones de las fuentes conmutadas, evolución y el uso cotidiano.

En este sentido, los profesionales en electrónica Mauricio Escobar y Ray Betancourt, explicaron por qué son necesarias las fuentes conmutadas al referir que su alta eficiencia permite que estos dispositivos sean más pequeños, generen menos calor y consuman menos energía en comparación con las antiguas fuentes de alimentación lineales que utilizaban grandes y pesados transformadores.

Dichas tecnologías se encuentran presentes en la vida diaria, aunque a menudo no se puedan ver. Son la razón por la que muchos de los dispositivos electrónicos son compactos, ligeros y eficientes como los cargadores, monitores, televisores, electrodomésticos, consolas de videojuegos, entre otros.

A diferencia de las fuentes lineales tradicionales que disipan el exceso de energía como calor, las fuentes conmutadas actúan como un interruptor de alta velocidad, encendiéndose y apagándose miles o millones de veces por segundo. Al variar el tiempo que el interruptor está encendido, la fuente puede regular con precisión el voltaje y la corriente de salida, entregando solo la cantidad de energía necesaria al dispositivo.

Durante la actividad se expusieron ejemplos sencillos. El más relevante fue la comparación con un grifo de agua para explicar el funcionamiento de la corriente en las fuentes conmutadas. Betancourt, mencionó que “el grifo controla la corriente de agua. Al abrir y cerrar se obtiene un control preciso de dicha corriente, de manera similar funciona la electricidad. Es decir, mientras más tiempo abierta, mayor energía, menos tiempo abierta, menor energía”.

Los investigadores recomendaron al personal de la fundación, seguir ahondando sobre el tema, ya que las fuentes conmutadas de los equipos electrónicos que están fuera de servicio pueden ser reparadas. De ser así, se evitaría gran parte de la contaminación ambiental que se genera por desechos electrónicos, los cuales desprenden químicos tóxicos. De esa manera se le puede dar un mayor tiempo de uso a los dispositivos.

Asimismo, Escobar resaltó que el Cendit es una casa de estudio en este campo al ofrecer cursos básicos gratuitos en la reparación de esta alimentación de energía. “Los jóvenes que toman nuestros cursos aprenden a arreglar una fuente conmutada y tienen la satisfacción de darle una nueva vida útil a los equipos. Entonces, aprenden tres cosas fundamentales: algo que les gusta, que les pueda generar una ganancia económica y ayudar al ambiente”, expresó.

La capacidad de reparar estas fuentes, como bien señalan los expertos del Cendit, no solo alarga la vida útil de los aparatos electrónicos y reduce la contaminación ambiental, sino que también empodera a las nuevas generaciones con habilidades valiosas. Así, la institución no solo comparte conocimientos, sino que también fomenta una cultura de innovación y responsabilidad ambiental, clave para un futuro más eficiente y consciente en el uso de la tecnología.

Prensa Cendit/ Anthony Ylquimich

Fotografías/ Luis Alzuru

Fundación Cendit desarrolla proyecto educativo para promover enseñanza de la electrónica en Venezuela

(Caracas, 14 de mayo de 2025).- La Fundación Centro Nacional de Desarrollo e Investigación en Telecomunicaciones (Cendit) presentó un proyecto educativo para promover en las escuelas y liceos del país la enseñanza de la electrónica y la robótica.

Esta iniciativa, desarrollada por un equipo conjunto de la Fundación Cendit, consta de un tablero o mesón llamado naminá que busca facilitar el acceso al conocimiento a los niños, niñas y jóvenes en estas áreas científicas y tecnológicas.

El ingeniero Jarson Manajarres, jefe de la Unidad de Sistemas Inalámbricos de la Fundación, manifestó que el nombre naminá proviene de la lengua warao, que significa, saber y aprender, evidenciando así el objetivo de este mesón, dirigido a niños, niñas y jóvenes.

La idea se diseñó para que los estudiantes tengan un primer acercamiento a conceptos como corriente eléctrica, voltaje, resistencia, potenciómetro, compuertas, entre otros.

«Con este mesón se facilita el acceso, se supera esa barrera a lo que es el conocimiento de electrónica. Aprenden qué es una resistencia, qué es tensión, qué es corriente, y el niño al internalizar esos conceptos puede ir creando proyectos básicos, y dependiendo del interés del niño, puede llegar incluso a niveles de robótica y programación», expresó el ingeniero.

El mueble, diseñado por mano de obra 100% venezolana, está compuesto por tarjetas de desarrollo, tarjetas gráficas y otros elementos para manejar los diferentes circuitos; además, está equipado con materiales esenciales para que los niños, niñas y jóvenes se inicien en el área de la electrónica.

El investigador del Cendit indicó que esta actividad está enfocada especialmente para las escuelas, que son las que conglomeran toda la población estudiantil.

«Se arma un salón de clase, en una sala equivalente a una sala de informática, pero en este caso enfocado en la electrónica o robótica, y se colocan todos los mesones y, junto con el instructor, los niños pueden hacer prácticas y adquirir estos conocimientos», señaló.

Para Manajarres es importante que los y las jóvenes, desde temprana edad, puedan tener este acercamiento con las áreas científicas y así crear, en un futuro, herramientas para el desarrollo tecnológico del país.

Mincyt/Prensa: AE/Fotografías: AAF

FliSol 2025 muestra el poder de las tecnologías libres en Venezuela

(Caracas, 12 de mayo de 2025).- El Festival Latinoamericano de Instalación de Software Libre (FliSol) 2025 continúa desarrollándose en varios estados del país, como parte de una agenda científica y tecnológica impulsada por el Gobierno nacional. En esta oportunidad, la Universidad de Carabobo, ubicada en Naguanagua, fue sede de este evento que contó con más de 15 stands, donde estudiantes e instituciones evidenciaron las habilidades que tienen los venezolanos para innovar en el diseño, prototipado y construcción de dispositivos electrónicos a través de herramientas de códigos abiertos y software libre.

El evento reunió a profesionales de diversas áreas como electrónica, programación, computación, entre otras; quienes mostraron a la comunidad estudiantil que existen aplicativos alternos, accesibles y transparente que ayudan a fortalecer la independencia tecnológica del país. Un reflejo de ello es la herramienta gratuita para diseño de circuitos impresos KiCad, utilizada por las investigadoras e investigadores de la Fundación Centro Nacional de Desarrollo e Investigación en Telecomunicaciones (Cendit).

La misma, ofrece un conjunto de herramientas integradas que permiten a los usuarios crear el diseño completo de una placa de circuito impreso (PCB), desde la concepción del circuito hasta la generación de los archivos necesarios para su fabricación. Además, permite dibujar componentes electrónicos como resistencias, capacitores, circuitos integrados, y conectarlos mediante cables virtuales para definir la funcionalidad del circuito.

La participación de la Fundación Cendit, y de otros entes adscritos al Ministerio del Poder Popular para Ciencia y Tecnología (Mincyt), subraya el potencial del software libre para impulsar la investigación, el desarrollo y la innovación tecnológica en Venezuela, ofreciendo a estudiantes y profesionales opciones poderosas, sin restricciones para materializar sus ideas y construir soluciones innovadoras sin las limitaciones de software propietario o licencias costosas.

Recordemos que el Estado venezolano promueve el uso de software libre en la administración pública desde la aprobación del Decreto N° 3.390 el 23 de diciembre de 2004, durante el gobierno del presidente Hugo Chávez. El mismo establece que todas las instituciones públicas deben migrar progresivamente a tecnologías libres, con el objetivo de garantizar la soberanía tecnológica, reducir la dependencia de empresas extranjeras, fomentar la seguridad informática y promover el acceso al conocimiento como bien común.

Abrimos las puertas a la innovación e invención juvenil

En este sentido, la actividad sirvió de base para inspirar a los y las jóvenes que hacen vida en el centro universitario para adentrarse en el mundo de la electrónica, despertando su curiosidad y que con herramientas como el software libre, las barreras de entrada a este alucinante campo son cada vez menores, permitiéndoles experimentar y aprender sin limitaciones.

Gabriel Bitriago, estudiante de Licenciatura en Matemáticas, expresó su fascinante experiencia durante el recorrido por el FliSol y resaltó que lo más atractivo para él fue la construcción de tarjetas electrónicas. “Con la explicación que me dieron los profesionales de la Fundación Cendit aprendí los tipos de tarjetas y cómo se ensambla, lo que hace interesarme más en esta rama de la electrónica, ya que desde pequeño me ha interesado armar los circuitos”, señaló.

El FliSol 2025 en la Universidad de Carabobo se erigió como un espacio vital para la promoción de las tecnologías libres y una ventana inspiradora hacia el mundo de la electrónica para la juventud venezolana. El entusiasmo palpable de los estudiantes, motivados por el potencial creativo y la accesibilidad que ofrecen herramientas como KiCad, fija un futuro prometedor para la innovación tecnológica en el país.

Eventos como este son fundamentales para sembrar la semilla de la curiosidad y empoderar a las nuevas generaciones a convertirse en protagonistas del desarrollo científico y tecnológico nacional,
construyendo soluciones propias y fortaleciendo la soberanía tecnológica de Venezuela.

Mincyt / Prensa / Cendit: IH.

Cendit fortalece a las venezolanas con el conocimiento en fuentes conmutadas

Con la finalidad de combatir la brecha de género que existe en el mundo de las tecnologías, el Ministerio del Poder Popular para Ciencia y Tecnología (Mincyt), impulsa grandes iniciativas para capacitar a mujeres de forma gratuita en los campos de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM), gracias a la plataforma digital “Mujer, la Innovación está en TI”, que ofrece más de 100 cursos entre presenciales y a distancia.

Este 2025, la Fundación Centro Nacional de Desarrollo e Investigación en Telecomunicaciones (Cendit), inició su oferta académica con el primer curso del año en reparación y diagnóstico de fuentes conmutadas, contando con la participación de féminas de diversas edades y profesiones, acompañadas de la orientación de dos jóvenes profesionales en el área de electrónica, los cuales capacitaron a las presentes con estrategias fáciles y entendibles para todas.

Conceptos como corriente eléctrica, voltaje, circuitos eléctricos, tipos y más, son algunos de los contenidos que se abordan en 8 horas académicas. Sin embargo, el aprender haciendo es fundamental para la institución, por ende, se enfoca en realizar prácticas de soldadura, determinación y medición de componentes específicos como resistencias, diodos, condensadores, transistores, entre otros.

En este sentido, Mina Figuera, participante de la capacitación señaló la experiencia como “maravillosa” ya que para ella le aporta muchos conocimientos a lo que anteriormente era una dificultad, además mencionó que la orientación de los guías es nutritiva y de fácil comprensión para todas.

“Soy ama de casa y estoy en la Fundación Cendit aprendiendo sobre el curso Reparación de Fuentes Conmutadas (…) Lo que más me ha gustado es la facilidad que tiene los guías para explicar y que sin tener ningún conocimiento previo puedes aprender rápido”.

Estos espacios están diseñados para todas esas mujeres que desean iniciarse en el estudio de las tecnologías de información y comunicación, telecomunicaciones e informática y se enmarcan en el Primer Vértice de la Gran Misión Ciencia, Tecnología e Innovación “Dr. Humberto Fernández-Morán”, que busca preservar la inventiva y la formación del talento científico nacional e impulsar otros nuevos.

Prensa Cendit/ Isabel Hernández

Fotografías: Isabel Hernández

El impacto de la basura electrónica y la acción venezolana

El ser humano se encuentra sumergido en la era tecnológica, rodeado de dispositivos que lo conectan con el mundo, desde el teléfono móvil que lleva en el bolsillo hasta el televisor que preside en la sala de su casa o habitación. Esta importante herramienta se ha convertido en una extensión que forma parte del ser. Pero… ¿Qué ocurre con estos aparatos al desecharse? ¿A dónde van a parar realmente? La respuesta, lejos de ser simple, esconde una realidad inquietante que afecta a todas y todos.

Imagina por un momento la cantidad de dispositivos electrónicos que se desechan cada día en el mundo. Millones de teléfonos móviles, computadoras, televisores, impresoras, refrigeradores, lámparas led, entre otros; se han convertido en una montaña creciente de «basura electrónica», lo que ha generado un problema multifactorial que impacta significativamente al ambiente y la salud a nivel mundial.

Las palabras Electronic Waste o “residuos tecnológicos”, también conocido como E-Waste, es un término utilizado para referirse a los desechos o basura generados por productos electrónicos en desuso, que hayan culminado su vida útil; esto incluye una amplia variedad de dispositivos y equipos sumamente contaminantes debido a los elementos que los componen como el cobalto, galio, mercurio, cromo, cadmio, litio, entre otros.

Un estudio realizado por la Universidad de McMaster en Canadá, reveló que solo en el caso de los teléfonos móviles se utilizan el 80% de los elementos de la tabla periódica y más de la mitad de la población posee uno.

El peligro de los componentes electrónicos

La extracción de una gran cantidad de elementos químicos para la fabricación de equipos electrónicos y eléctricos tiene un impacto ambiental considerable, incluyendo la degradación de ecosistemas, contaminación del suelo, agua y emisión de gases de efecto invernadero. Hay que destacar que, la industria tecnológica se encuentra en el top diez de los máximos contaminantes a nivel mundial, debido a la responsabilidad que tiene por producir el 5.5% de las emisiones de carbono en el mundo.

Es interesante saber que sustancias como el arsénico, plomo, mercurio, cobre, entre otros; que se encuentran en el suelo, agua, cenizas, sedimentos y el aire de los grandes vertederos de chatarra, producen efectos adversos en el planeta y la salud humana. Un ejemplo de ello es la batería de níquel-cadmio, que se encuentra mayormente en los equipos electrónicos portátiles; esta puede llegar a contaminar 16.000 litros de agua y un televisor puede polucionar alrededor de 80.000 litros.

En este sentido, la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (Onudi), señala que existen dispositivos que son altamente tóxicos, incluso podrían llegar a ser cancerígenos. Estos son conocidos como Contaminantes Orgánicos Persistentes (COPs) que pueden dispersarse a través de grandes distancias mediante el viento o las corrientes oceánicas, resistiendo a la degradación ambiental y acumulándose en el tejido de los organismos vivos.

Hay que tener en cuenta que, la gran cantidad de elementos que albergan en el interior de los dispositivos electrónicos pueden causar diversos daños en la salud, especialmente el mercurio que produce daños al cerebro y el sistema nervioso, el plomo que potencia el deterioro intelectual debido al efecto perjudicial que tiene en el cerebro y el sistema circulatorio; y el cromo, el cual está altamente relacionado con afecciones en los huesos y los riñones.

Es realmente preocupante ahondar en el tema, ya que según el Monitor Mundial de Desechos Electrónicos 2020 (Global E-Waste Monitor) de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), en el año 2019 se generaron 53.6 millones de toneladas de desechos electrónicos en el mundo, y la cifra aumenta aproximadamente a 2.5 millones de toneladas al año, de las cuales solo un 17.4% se recicla correctamente. De continuar estas cifras, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) estima que se podrían alcanzar los 120 millones de toneladas de chatarra para el 2050.

Para muchas personas es completamente ajeno pensar que los residuos electrónicos son un problema que se encuentra en constante crecimiento. Según un artículo publicado en el portal web “Expansión” en el año 2021, la cantidad de desechos aumentó tres veces más rápido que la población mundial y existen 347 millones de toneladas métricas de estos aparatos en todo el planeta.

Camino hacia una Latinoamérica con futuro sostenible

Alfredo Cueva, Oficial de Desarrollo Industrial de la Onudi, mencionó en el año 2015 que el tema de la “basura electrónica” ha cobrado suma importancia en los últimos tiempos, sobre todo en América Latina.

«Debido al crecimiento económico acelerado y nivel de desarrollo de la región, la cantidad de basura electrónica está creciendo incluso más rápido que en otras regiones», expresó.

Como una medida de prevención ante el vertiginoso aumento de los residuos electrónicos en el continente donde el 97% de ellos se gestionan de manera inadecuada, la Onudi propuso el proyecto ONUDI-FMAM para el “fortalecimiento de las iniciativas nacionales y mejora de la cooperación regional para el manejo ambientalmente racional de los COP en los desechos de equipos eléctricos o electrónicos (RAEE)”, implementado desde el año 2018 y culminado recientemente el pasado año 2024.

El mismo, asiste a 13 países de la región en cuanto a asesorías para la actualización de regulaciones en el área, también busca armonizar aspectos clave de las políticas de residuos electrónicos, fortalecer la cooperación regional e intercambiar conocimientos que permitan el reciclaje óptimo para el aprovechamiento de materiales reutilizados, además de capacitar y sensibilizar al personal técnico. De esta manera se protege el ambiente de los residuos peligrosos, recupera materias primas y proporciona productos restaurados alargando su vida útil.

Según el informe elaborado por el Programa de Ciclos Sostenibles (Scycle), copatrocinado por la Universidad de las Naciones Unidas (UNU por su sigla en inglés) y el Instituto de las Naciones Unidas para la Formación Profesional e Investigaciones (Unitar), participan países como Argentina, Bolivia, Chile, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá, Perú, Uruguay y Venezuela.

Dentro del marco del también llamado “Proyecto Residuos Electrónicos América Latina (PREAL)”, se han desarrollado diversas estrategias para fortalecer las capacidades de cada nación en cuanto a su propia necesidad en temas relacionados con el manejo ambientalmente racional de los RAEE, incluyendo la recolección, tratamiento, reciclaje y la gestión de contaminantes peligrosos.

Un componente clave de este proyecto ha sido la capacitación y formación de casi 15 mil personas en Chile, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Panamá y Venezuela, así como también se han enviado 230 toneladas métricas de equipos como computadoras, celulares y electrodomésticos para su gestión ambientalmente racional. Es importante considerar que a pesar de los altos índices de desechos que se generan en América Latina y el Caribe, existen países con instalaciones para el tratamiento de residuos electrónicos especializados para algunas categorías y/o determinados productos.

Venezuela cuenta con instalaciones que realizan actividades relacionadas con el tratamiento de RAEE donde se puede destacar la conformación de los comités (nacional y científico) de RAEE y el fortalecimiento de las mesas técnicas de aseo, esto como resultado del trabajo conjunto entre el Estado venezolano, organizaciones no gubernamentales, sector privado e instituciones educativas que buscan establecer un marco para la gestión adecuada de estos residuos.

Cayapa Heroica: Reutilización y resiliencia tecnológica en Venezuela

Una de ellas es el plan nacional Cayapa Heroica, como iniciativa de la Fundación Centro Nacional de Desarrollo e Investigación en Telecomunicaciones (Cendit), impulsada por el Ministerio del Poder Popular para Ciencia y Tecnología (Mincyt). Si bien su objetivo principal se centra en la recuperación y reparación de equipos médicos, tecnológicos y de telecomunicaciones, esenciales para el funcionamiento de instituciones públicas, educativas y hospitalarias, su labor contribuye significativamente a la reutilización de equipos electrónicos y eléctricos.

Al reparar y poner nuevamente en funcionamiento más de 6 mil dispositivos hasta la fecha, que de otra forma podrían convertirse en residuos, la Cayapa Heroica no solo optimiza recursos y fortalece la independencia tecnológica del país, sino que también promueve una cultura de reutilización y extiende la vida útil de los equipos, mitigando así la generación de RAEE y fomentando prácticas más sostenibles.

En este sentido, Jarson Manjarrés, jefe de la Unidad de Sistemas Inalámbricos de la Fundación Cendit mencionó que, en el proceso de reparación de estos equipos electrónicos y eléctricos, se pueden reutilizar componentes de algunos que estén dañados para reparar otros.

“En el caso de la Fundación, ofrecemos apoyo a otras instituciones hermanas en la revisión, mantenimiento correctivo y preventivo, y reparación de distintos equipos; un ejemplo de ellos son las fuentes conmutadas que se usan para alimentar de energía el servidor de las radio bases, para que estas puedan transmitir en óptimas condiciones las señales móviles o de Internet. Desde el 2021 hasta la fecha tenemos un aproximado de 400 equipos de este tipo que se han recuperado satisfactoriamente”, señaló.

De la misma manera, el país cuenta con un conjunto de instrumentos legales y normativas que tienen como finalidad regular los desechos peligrosos, una de ellas es la recién publicada Resolución N.º 022, establecida el pasado 30 de abril del 2024. Esta normativa representa un avance significativo para Venezuela, específicamente en el tema de la gestión de los Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEE).

Este tipo de reglamento se dispone a fin de reducir la generación de RAEE, promoviendo prácticas de consumo responsable y la extensión de la vida útil de los aparatos electrónicos. Acompañada del ordenamiento jurídico de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, Ley Orgánica del Ambiente, Ley Penal del Ambiente y la Ley de Gestión Integral de la Basura. En este sentido, el Estado venezolano busca asegurar el aprovechamiento, valoración y disposición final adecuada de estos residuos, fomentando la recuperación de materiales valorizables y minimizando los impactos ambientales negativos.

La gestión responsable de los residuos electrónicos es una tarea urgente y necesaria. El futuro del planeta y la salud de las personas dependen de ello. Es un desafío global que exige la atención y la acción coordinada de todos. Concienciar sobre el impacto ambiental y en la salud de estos desechos, promover prácticas de consumo responsable, apoyar iniciativas de reutilización y reciclaje, e impulsar el desarrollo de marcos legales sólidos son pasos fundamentales para construir un futuro más sostenible y proteger nuestro planeta para las generaciones futuras.

Prensa Cendit/ Isabel Hernández