Sector científico celebra traslado de los restos del Dr. Humberto Fernández-Morán al Panteón Nacional

El sector científico y tecnológico, junto al pueblo venezolano, se congrega en la Plaza Bolívar, en Caracas, para acompañar los restos mortales del doctor Humberto Fernández-Morán que ingresan este lunes al Panteón Nacional.

Desde muy temprano, integrantes del Sistema de Ciencia y Tecnología se concentraron en los alrededores de la Asamblea Nacional, donde se realizó una sesión especial para conceder los honores al científico venezolano, que fue referente para diferentes áreas científicas durante el siglo XX.

La vicepresidenta del Centro de Investigaciones Científicas para la Medicina Ancestral (Cicmeta), Dra. Lesbia Muro manifestó que como “mujer venezolana, uno se siente realmente orgullo del reconocimiento que hace la Patria a una persona tan destacada en la ciencia como es el doctor Humberto Fernández-Morán. Era justo y necesario ese reconocimiento”.

Manifestó que, como científica, se celebra su legado, que forma parte de nuestra historia y cultura, y que sigue creciendo y fortaleciéndose con el tiempo.

“Estamos todos muy orgullosos aquí recibiendo los restos inmortales de Humberto Fernández-Morán, porque él junto con nuestros grandes hombres y mujeres de la historia conforman la raíz poderosa que cada día crece más y se evidencia porque cada vez más los árboles y las hojas y las frutas son más frondosas y victoriosas”, puntualizó.

Por su parte, Geraldine Jiménez Roa, gerente de Formación del Observatorio Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, destaca la importancia del día al rendir homenaje al doctor Humberto-Fernández Morán, quien es reconocido por su contribución a la ciencia y tecnología en el país, al llegar al Panteón Nacional para honrar su legado.

“Hoy es un día emblemático y maravilloso para todo el Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación debido a que una figura insignia, una reivindicación histórica. El doctor Humberto-Fernández Morán llega al Panteón Nacional a acompañar a nuestro libertador desde lo que es la ciencia y la tecnología, alguien que siempre dio la cara por su país, que siempre visionó grandes cosas para su patria desde lo que es el avance y la revolución tecnológica”, manifestó.

Rosa Belén Pérez, en representación de Mujeres de las Ciencias, expresa su orgullo al participar en el homenaje al Dr. Humberto Fernández-Morán, un destacado científico venezolano del siglo XX, cuyo legado ha sido fundamental para el desarrollo tecnológico y científico de Venezuela.

“Estoy muy orgullosa porque es uno de los científicos más importantes del siglo XX y que nos llena de orgullo el camino que abrió para el desarrollo tecnocientífico de Venezuela. Y como venezolana me siento orgullosa porque si hay algo que él siempre cuidó fue su gentilicio y su ejemplo nos llena de orgullo”, concluyó.

Mincyt / Prensa/ AE/Fotografías/ Candi Moncada

El Panteón Nacional recibe al Dr. Humberto Fernández-Morán a 26 años de su siembra

(Caracas, 17 de marzo de 2025).- A la edad de 75 años, falleció el 17 de marzo de 1999 el Dr. Humberto Fernández-Morán como consecuencia de una aneurisma cerebral.

Uno de los más importantes hombres de ciencia que ha dado Venezuela murió en Estocolmo, Suecia, donde conoció a su esposa y tuvo sus hijos.

Fue allí donde incineraron sus restos y sepultados provisionalmente, pues en cumplimiento con sus deseos sus exequias fueron repatriadas en 2005 a su ciudad natal, Maracaibo, donde reposaban en el Cementerio El Cuadrado.

Después de casi 26 años, los restos fueron exhumados para ser llevados al Panteón Nacional. Este evento fue acompañado de actividades religiosas y culturales, una de ellas, lo llevó por 48 horas a una capilla ardiente en el Instituto Venezolano de Investigaciones (IVIC), sucesor del IVNIC, creado por Fernández Morán.

«Soy un misionero y un solitario en mi propia tierra, como lo fue Miranda y como lo fue Bolívar. Persistiré en mi firme empeño de cumplir callado mi misión como investigador, como científico y educador, ocultando con jovialidad de Sancho Panza mi tristeza de Don Quijote», dijo en una ocasión a la prensa en Caracas.

El estado Zulia parió a uno de los más grandes científicos venezolanos, que resaltó por las adelantadas investigaciones con respecto a la época, debido a que sentó las bases para la construcción de un reactor nuclear con fines pacíficos e investigativos, fundó el Instituto Venezolano de Investigaciones Neurológicas y Cerebrales (IVNIC), ahora IVIC.

Contribuyó de manera fundamental al desarrollo de la técnica de la microscopía electrónica, así como de sus aplicaciones en biología y la medicina.

También introdujo por primera vez el concepto de crioultramicrotomía, la cuchilla de diamante y sus aplicaciones para el seccionado ultrafino y ayudó en la mejora de los ultramicrotomos.

Además, estudió la estructura de las rocas lunares traídas por la misión Apolo.

El Dr. Humberto Fernández-Morán no vaciló en mostrar su amor a Venezuela, pese a estar exiliado, su lealtad a la independencia y al Libertador Simón Bolívar. Destacó siempre por su personalidad y una inteligencia privilegiada con grandes iniciativas para el impulso de la ciencia venezolana.

El Gobierno de Venezuela, que lidera el presidente Nicolás Maduro, rinde homenaje a este reconocido científico con la Gran Misión Ciencia, Tecnología e Innovación y la Universidad Nacional de las Ciencias que llevan su nombre.

Además, en Caracas se creó el Premio Municipal de Ciencia y Tecnología Dr. Humberto Fernández-Morán, para fortalecer la ciencia en el país y reconocer los trabajos de los estudiantes del municipio Libertador.

Mincyt / Prensa / YI

Mujeres que transforman la energía nuclear en la patria grande

La Oficina Nacional de Enlace ante el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) de Venezuela, realizó con rotundo éxito el conversatorio “Mujeres en la Ciencia Nuclear: Una Mirada desde la Patria Grande”, el cual estuvo enmarcado en el mes de la mujer trabajadora y que tuvo lugar en las instalaciones del Ministerio del Poder Popular para Ciencia y Tecnología (Mincyt), dirigido a todo el público interesado en conocer las experiencias fructíferas que están teniendo las mujeres latinoamericanas y caribeñas en el área nuclear.

En este sentido, el evento tuvo como principal objetivo, destacar el papel fundamental de las mujeres en el ámbito nuclear en América Latina y el Caribe; sirviéndose como espacio para compartir experiencias, desafíos y logros de destacadas profesionales en este campo, y contó con ponencias en línea de dos extraordinarias femeninas que forman parte importante en los proyectos auspiciados por el organismo en la región.

Inició con Rommy Casanueva, quien desempeña labores como periodista de la Comisión Chilena de Energía Nuclear y Coordinadora Nacional del Acuerdo Regional de Cooperación para la Promoción de la Ciencia y la Tecnología Nucleares en América Latina y el Caribe (ARCAL), la cual abordó las estrategias que se implementan en Chile para incorporar a las mujeres desde edades tempranas al estudio de carreras relacionadas con la Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (CTIM o STEM).

Seguidamente, la acompañó Berta García, presidenta del Women in Nuclear (WIN) Cuba desde su creación y Coordinadora del grupo de trabajo WIN de la Red Latinoamericana para la Educación y la Capacitación en Tecnología Nuclear (Lanent), y que cuenta con más de 30 años dedicada a los temas de gestión dentro de las aplicaciones nucleares y radiológicas, la cual presentó, entre otros temas, las estadísticas mundiales de la participación de mujeres en el ámbito científico, solo alcanzan un 30% de participación, contrastando con la realidad latinoamericana, en la que más del 60% son femeninas que forman parte de esta comunidad.

Yaremi Gamboa, contraparte del proyecto RLA-0073 (Fortalecimiento de la igualdad de género en las instituciones nucleares nacionales), señaló que desde que la ONE forma parte del Ministerio del Poder Popular para Ciencia y Tecnología (Mincyt), han incrementado las cifras de participación de mujeres en actividades relacionadas a esta área, resaltando que el 61% de los proyectos nacionales, regionales e interregionales son liderados por ellas.

Asimismo, estuvieron presentes en el sitio, otras dos mujeres sobresalientes en el área por Venezuela, como Belkis Araque, abogada, asistente de la Oficina Nacional de Enlace ante el OIEA en Venezuela, y contraparte de proyectos; quien mostró el proceso de aprendizaje y construcción de los protocolos en el traslado y gestión de las fuentes selladas en desuso, así como los mecanismos de protección y la importancia que tiene.

Finalmente, Carmen Soteldo, magíster en física médica de la Unidad de Tecnología Nuclear del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC); encargada del proyecto del OIEA sobre capacitación de físicos médicos para mejorar la calidad y seguridad en las prácticas médicas, expresó la vinculación tan importante que poseen las radiaciones ionizantes en el campo de la medicina, sobre todo en campos como la radioterapia.

Soteldo extendió la invitación a las jóvenes estudiantes de carreras afines a la ciencia nuclear como física, radioimagenología, entre otras; a formar parte de la red WIN. “Para formar parte de esta red solo necesitas ser mujer y trabajar en el área de energía atómica y ser parte de alguna red similar que tenga algún vínculo con el uso de esta energía”, señaló.

Durante este enriquecedor conversatorio, se contó con la presencia de más de 30 estudiantes, profesionales, investigadores, investigadoras y público en general de distintas instituciones que forman el ecosistema científico venezolano. Adicionalmente, 15 mujeres pudieron disfrutar de la actividad mediante la plataforma Jitsi Meet; quienes también pudieron interactuar y aclarar dudas con las expertas sobre los temas abordados.

Este evento representó un hito importante en la promoción de la igualdad de género en el ámbito nuclear en Venezuela y la región, destacando el valioso aporte de las mujeres en este campo y fomentando la creación de espacios para el intercambio de conocimientos y experiencias.

De esta manera, la Oficina Nacional de Enlace del país junto al Polo Científico Tecnológico Venezolano reafirman su compromiso con la promoción de los usos pacíficos de la ciencia nuclear y el empoderamiento de las mujeres en este sector, contribuyendo así al desarrollo científico y tecnológico del país y la región.

Prensa Polo CyT / Isabel Hernández

Fotografías/ Isabel Hernández

Mujeres conmemoran lucha con logros científicos

Los grandes desafíos que ha tenido que enfrentar el género femenino durante siglos a causa de los estereotipos sociales impuestos por un mundo machista y patriarcal ha llevado a que las mujeres confronten una evidente desigualdad con los hombres, sobre todo en disciplinas como las ciencias, donde se manifiesta la falta de reconocimiento de sus contribuciones, la menor presencia en puestos de liderazgo y la persistencia de brechas salariales.

Por ende, en el marco del Día Internacional de la Mujer Trabajadora, la Fundación Centro Nacional de Desarrollo e Investigación en Telecomunicaciones (Cendit) se convirtió en una tribuna para que las mujeres de este ente del Ministerio del Poder Popular para Ciencia y Tecnología (Mincyt), contaran sus experiencias relacionadas con el tema y reflexionaron sobre: el hecho de que el sistema predominantemente patriarcal asegura mejores beneficios para los hombres; la participación de heroínas venezolanas que se vistieron de hombre para formar parte de la lucha independentista, entre otros tópicos.

La actividad inició con un recuento de los verdaderos inicios de la lucha por los derechos de la mujer, mucho antes de los sucesos en la fábrica textil de Greenwich Village (Nueva York) el 25 de marzo de 1911, los cuales se vinculan con la exigencia del derecho al voto a través de movimientos de mujeres organizadas, lideradas principalmente por Clara Zetkins.

Mujeres que hacen ciencia a lo venezolano
Desde la llegada de la revolución bolivariana, Venezuela implementa estrategias que fomentan la participación de la mujer en campos altamente dominados por hombres como la ciencia, agricultura, ingeniería, telecomunicaciones y más. De la mano de la ministra y vicepresidenta sectorial para ciencia, tecnología y salud, Gabriela Jiménez, se organizan encuentros y actividades que reivindican la participación de féminas en estas áreas.

En este sentido, la Fundación Cendit forma parte de dichas estrategias al contribuir con la fortaleza del conocimiento y saberes de las mujeres, a través cursos gratuitos que se ofrecen en electrónica, energías renovables, fibra óptica y telecomunicaciones, donde las participantes se preparan principalmente con prácticas. En sólo un año (2023-2024) la institución ha capacitado a 619 personas en los campos mencionados, de las cuales más del 90% pertenece al público femenino.

Mediante una entrevista realizada por el podcast “Al Día”, que se transmite por Venezolana de Televisión (VTV), Carlelinés Gavidia, jefa de la Unidad de Electrónica de Comunicaciones del Cendit, mencionó lo gratificante que es para ella pertenecer al 60% de mujeres que lideran proyectos de investigación en el país, y que se promueva ese intercambio de conocimientos a hombres y mujeres para lograr la equidad de género en las ciencias, tecnologías y áreas nucleares.

“Desde el 2020 Venezuela forma parte del proyecto para fortalecer la equidad de género en las instalaciones nucleares nacionales o las aplicaciones nucleares con el uso pacífico de la energía atómica, auspiciado por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), y somos partícipes del Win-Global, lo que en español significa mujeres en lo nuclear”, señaló.

Así, el Cendit no solo celebra los logros alcanzados, sino que reafirma su compromiso de seguir construyendo un futuro donde la equidad de género en la ciencia y la tecnología sea una realidad y abre sus puertas a todas las mujeres que deseen explorar el fascinante mundo científico-tecnológico, porque la ciencia no tiene género.

Prensa Cendit/ Isabel Hernández

La primera mujer graduada de médico en el mundo (1812) soñaba con ejercer en Venezuela

La imagen de la izquierda es el titular de un periódico inglés “The Daily Mail”, de fecha 27 de agosto de 1910, cuando se “desclasificaron” los documentos ocultos por 100 años (para ese momento) de lo que sería un escándalo en el ejército británico que recorrió el mundo: Una mujer que se disfrazó de hombre para poder estudiar medicina, se graduó y prestó servicio militar destacándose con fama mundial al ser “el primer cirujano” que logró realizar una cesárea en la que salvó las vidas de madre e hijo, para ese momento la cesárea era una condena a muerte para la madre.

Este misterioso personaje llegó a ser el equivalente a “Ministro de Salud” en Inglaterra, solo al momento de su muerte, cuando preparaban el cuerpo para su sepulcro se revelaría el secreto: en realidad era una doctora. Se trató de una brillante niña apoyada por Francisco de Miranda para burlar el sistema que prohibía la educación a mujeres, logró ingresar con tan solo 14 años a la escuela de medicina, graduarse con honores en ciencias médicas, posicionarse como un referente médico de su época y ocupar los mas altos cargos públicos, James Miranda Barry sería el “nombre” del fingido hombre.

El plan debía ser que al graduarse de médico (1812) vendría a Venezuela para ser nuevamente Margaret Ann Bulkley y ejercer la medicina libremente en la recién creada República, donde la revolución patriota no tendría prejuicios con las mujeres, pero el encarcelamiento de Francisco de Miranda en 1812 y su posterior muerte habría torcido los planes y aquella mujer debió permanecer hasta su muerte haciéndose pasar por hombre, ya que desvelar su secreto, “la burla al ejército británico”, le hubiera costado la vida, tal sería la ofensa que el ejército ocultaría por 100 años este caso.

Aún más de 200 años después parece una historia de ficción, pero basta colocar en cualquier buscador “James Miranda Barry” para descubrir que esta historia es real y ha sido objeto de titulares de prensa, películas, novelas, documentales, clips de youtube, etc., así como discusiones por mas de 100 años, con versiones que van desde tratar de demostrar que realmente Margaret Ann Bulkley no era una mujer sino mas bien que sufría una especie de “enfermedad” por la cual no tenía testículos, sino vagina, hablaba como mujer, parecía mujer pero en realidad ¿era hombre? Y al graduarse ¡Quería ser mujer en Venezuela!, hasta las versiones mas recientes que insinúan que se trató de una hija de Francisco de Miranda.

Este análisis no pretende especular sobre ninguna de las versiones sino mas bien tomar los elementos en los que coinciden todas las versiones alrededor del mundo para estudiar los orígenes de la ciencia venezolana. Margaret Ann Bulkley nació en 1795 (el mismo año que nacieron Manuela Sáez y Antonio José de Sucre), de muy pequeña mostró ser brillante, con apenas 14 años de edad aprobó los exámenes correspondientes a su ingreso a la facultad de medicina, defendiendo su tesis de grado en el año 1812 como se lee en números romanos en la imagen de la izquierda en el encabezado (MDCCCXII), se presenta a continuación la escrita de la dedicatoria de la tesis de grado de “Jacobus Barry” que inicia con el nombre FRANCISCO DE MIRANDA en grandes caracteres, se acompaña de una traducción del latín al español que aunque pueda ser cuestionada en algunas palabras (está hecha por inteligencia artificial) deja muy clara la cuestión de fondo:

Esta dedicatoria no dejaría dudas de que hablamos del Generalísimo, el caraqueño (“Caraccaensis”), quien defendería la educación universal, por eso como dice Margaret en la dedicatoria “busca las cosas más equitativas para sus ciudadanos”. En este análisis no importa si se trató de una hija biológica o espiritual, está claro que Margaret Ann llevaba los genes libertarios y del éxito que caracterizaron al ejercito patriota venezolano, exponemos a continuación citas textuales de análisis realizados por el Dr. Milton Rizzi, ex-presidente de la academia uruguaya de Historia de la Medicina. Miembro vitalicio de la Royal Society of Medicine, publicado en 2012 en la Revista Médica del Uruguay bajo el título “Doctor James Barry (1795-1865), Inspector General de Hospitales de su Majestad Británica”:

En resumen: arremetió contra los proveedores de fármacos que hacían negocios con drogas inadecuadas.

  • Promovió una planta sudafricana, de costo ínfimo, como tratamiento antisifilítico. (Esta, finalmente, resultó ineficaz pero da pruebas de su espíritu innovador).
  • Mejoró la calidad de las aguas, inventando un procedimiento para evitar la corrosión de los caños.
  • Humanizó las condiciones de reclusión de la colonia de leprosos.
  • Condenó la situación de los internados en el manicomio, las prisiones y los cuarteles de los soldados.

Como ejemplo, un día irrumpió en el patio de ejercicios del 71º Regimiento Escocés y arrestó al coronel responsable de mantener durante horas a soldados completamente equipados, de pie, bajo el inclemente sol africano. En otra ocasión puso bajo arresto a un coronel y a un médico responsables de no denunciar una brutal golpiza a un detenido.”

En el mes de la mujer, honramos el legado a la humanidad de Margaret Ann Bulkley quien con el corazón puesto en Venezuela venció todas las adversidades y a pesar de no haber logrado su sueño de ejercer en Caracas, dedicó su vida al prójimo, honrando el nombre de su “padre”, el Generalísimo Francisco de Miranda, precursor científico de nuestra patria.

Gloria Georgette Carvalho Kassar

Delfina Matilda Del Carmen Isava González (1850-1947)

Una venezolana pionera de la emancipación femenina

Aunque nunca escucháramos antes sobre Delfina, su espíritu y su legado está presente entre nosotros, en las mujeres de la ciencia venezolana. Es la historia de una patriota, descendiente directa de los héroes de la independencia que dedicó su vida a la cultura, las artes, la ciencia y a la enseñanza, con la plena convicción de que las mujeres debían poseer los medios intelectuales para permitir su emancipación, dando el ejemplo con hechos, al escribir múltiples tratados para enseñar a niñas y niños, junto a su esposo, otro apasionado educador que había fundado un colegio en Curazao. Asumieron en casa la educación de su descendencia, con énfasis en sus hijas mayores, que resultarían en las primeras tres mujeres universitarias graduadas en Venezuela en 1899. Conozcamos la influencia de esta mujer en la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales de Venezuela, en el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC) y en nuestra historia de la ciencia, el arte y la historia nacional.

Delfina nació el 3 de agosto de 1850 en San Felipe, estado Yaracuy. Fue la segunda de los siete hijos del matrimonio de Don Mariano Isava de Alcalá (1802-1880) y Micaela González García. Don Mariano, el padre de Delfina, hombre de amplia cultura, tenía una importante participación en la vida política del país, había sido gobernador de la provincia de Barquisimeto y luego de la de Yaracuy. Así mismo, la madre de Delfina y su familia eran referentes culturales de la época. El hermano de doña Micaela: José Tomás González García, tío materno de Delfina, era abogado, estudioso de Bello, dominaba a la perfección el inglés, francés y latín, tenía múltiples publicaciones en tema de derecho pero resalta una publicación en Puerto Cabello del año 1866 sobre “Gramática Elemental”. José Tomás fue profesor y mentor de Delfina y sus hermanos, ya para ese momento de la publicación del libro sobre gramática, Delfina tenía 16 años de edad, era apasionada de la lectura, la poesía y la música, campos en los cuales la habría iniciado su padre a temprana edad. En ese momento, 1866, conoce al Coronel Francisco Antonio Duarte, de origen zuliano, quien le visitaría en la sala de su casa por 10 años (según las costumbres de la época) hasta casarse con ella en 1876, año importante en esta historia.

Delfina perfeccionaría su formación durante esos diez años antes de casarse con Francisco Antonio, ella aprendió inglés, francés, italiano, alemán y holandés, ayudada también por su hermano Mariano Cosme quien había asistido al Colegio Santa María. Juntos, escriben y publican en conjunto el libro“Muestras de Escritura”impreso en París en 1869, en el cual se incluyen ensayos y pensamientos de Delfina, resaltando el siguiente:

La escritura afianza los recuerdos i anula las distancias prestando luz al pensamiento para que penetre hasta en el porvenir” Delfina Isava Duarte González 1869.

Delfina y su familia compartían la pasión por la investigación en múltiples ámbitos de la ciencia y la cultura “Se leían las obras de Lamartine en su idioma original, la historia de la conquista de Méjico de Solís en su edición original, o la historia de Julio César. Se recibía la Revue de Paris, publicación de gran importancia que les mantenía al día del estado de la cultura europea de aquel momento”. Viajarían también en familia a Europa trayendo consigo importantes obras literarias de distinta índole, siendo la biblioteca familiar el tesoro mas preciado. Mariano Cosme, el hermano de Delfina, era apasionado de la observación de las aves (ornitología), pasión que compartía con Delfina en las visitas a la hacienda La Marroquina en San Felipe. Mariano Cosme era también amante de la agricultura, sería él quien introduciría los cultivos de arroz en Yaracuy. La cercanía de Delfina con su hermano Cosme se mantendría de por vida, dejando testimonio histórico el que fuese el padrino de bautizo del sexto de sus hijos aún cuando ya no residían en la misma ciudad.

Pero no todo era color de rosas, así lo reflejan los versos y las poesías escritas por Delfina, donde se adentraba en temas políticos, y se refleja con claridad su participación en los círculos de mujeres organizadas de la época que hacían solicitudes y daban sus opiniones. Así se lee en el verso “La Clemencia” escrito por Delfina y dedicado “a las señoras Henriqueta de Castillo, Elodia de Rivero y Balbina de Zumeta y a las señoritas Amarilis Burgos, Carolina Castillo y Dolores Ravel quienes solicitaron y obtuvieron el perdón para el reo Felipe Silva, sentenciado a muerte”. Encontramos así a una intelectual, poliglota, poeta, escritora y pianista con alma de docente y genes libertarios: Delfina era nieta del general patriota Casimiro Isava Sucre, hermano de Manuel Isava Sucre, quien le había salvado la vida a Simón Bolivar. No por casualidad el 11 de febrero de 1876, el presidente para ese momento ordena el traslado de los restos de Manuel Isava Sucre al Panteón Nacional con todos los honores de prócer de la independencia.

El decreto presidencial que le daba carácter de prócer de la independencia al tío abuelo de Delfina, revivía en la casa familiar de los Isava González las historias de Don Mariano Isava de Alcalá (el padre de Delfina) sobre sus antepasados todos militares patriotas, hombres también de basta cultura y destacados en las aplicaciones de la ingeniería, la astronomía y la física. Estos relatos sobre su abuelo, su bisabuelo y sus tíos abuelos, todos próceres de la independencia, quedarían grabados con orgullo en la mente de Delfina, lo transmitiría a sus nietos, lo que permite hoy reconstruir esta historia. Ese mismo año, 1876, Delfina se casa con el coronel Francisco Antonio Duarte y el 19 de enero de 1877 nacería su primera hija Dolores Delfina Del Carmen y a los pocos meses su esposo, Francisco Antonio Duarte, asciende al grado de general.

El General Francisco Antonio Duarte Sánchez (esposo de Delfina) había nacido en Maracaibo, estado Zulia, el 20 de octubre de 1840. Al momento de su nacimiento, ya su padre de nombre José Duarte había fallecido y su madre María Dolóres Sánchez Díaz falleció cuando Francisco Antonio tenía apenas 7 años de edad, quedando así huérfano de padre y madre. Se criaría con una tía materna y de temprana edad encontraría refugio a su soledad en los libros y el estudio. En un principio pensó hacerse religioso, iniciando estudios en este campo, hay que recordar que las mejores bibliotecas y centros de conocimiento eran para aquella época los centros monásticos, sin embargo, opta por la carrera militar. Francisco Antonio hablaba francés, inglés, latín y griego, era apasionado de las matemáticas y la astronomía, pero también de la filosofía y la historia. Crearía así una dupla perfecta con su amada esposa, la única familia que tenia dada su temprana orfandad. Tendrían 10 hijos: 6 hembras y 4 varones a los que educarían con esmero y dedicación, ellos mismos, en casa. Esta nueva familia se esmera en consolidar una amplia biblioteca para formar a sus hijos, se lee en la dedicatoria de un libro que le regalaría Francisco a Delfina de título “Nueva Jeografía Universal” de J. M. Royó, “A mi querida esposa dedico este libro, con el fin de perfeccionar sus conocimientos geográficos, i los transmita a nuestros hijos” del 27 de noviembre de 1883. Es de hacer notar que para ese momento la hija mayor tendría apenas 5 años de edad, lo cual demuestra la preocupación del padre por la educación de sus hijos.

Aunque nunca escucháramos antes sobre Delfina, su espíritu y su legado está presente entre nosotros, en las mujeres de la ciencia venezolana. Es la historia de una patriota, descendiente directa de los héroes de la independencia que dedicó su vida a la cultura, las artes, la ciencia y a la enseñanza, con la plena convicción de que las mujeres debían poseer los medios intelectuales para permitir su emancipación, dio el ejemplo con hechos, escribió múltiples tratados para enseñar a niños y niñas, junto a su esposo, otro apasionado educador que había fundado un colegio en Curazao. Asumieron en casa la educación de su descendencia, con énfasis en sus hijas mayores, que resultarían en las primeras tres mujeres universitarias graduadas en Venezuela en 1899, conozcamos la influencia de esta mujer en la Academia Nacional de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales, en el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas y en nuestra historia de la ciencia, el arte y la historia nacional.

Delfina nació el 3 de Agosto de 1850 en San Felipe estado Yaracuy, fue la segunda de los siete hijos del matrimonio de Don Mariano Isava de Alcalá (1802-1880) y Micaéla Gonźalez García. Don Mariano, el padre de Delfina, hombre de amplia cultura, tenía una importante participación en la vida política del país, había sido gobernador de la provincia de Barquisimeto y luego de la de Yaracuy, así mismo, la madre de Delfina y su familia eran referentes culturales de la época. El hermano de doña Micaéla: José Tomás González García, tío materno de Delfina, era abogado, estudioso de Bello, dominaba a la perfección el inglés, francés y latín, tenía múltiples publicaciones en tema de derecho pero resalta una publicación en Puerto Cabello del año 1866 sobre “Gramática Elemental”, este tío materno fue profesor y mentor de Delfina y sus hermanos, ya para ese momento de la publicación del libro Delfina tenía 16 años de edad, era apasionada de la lectura, la poesía y la música, campos en los cuales la habría iniciado su padre a temprana edad. En ese momento, 1866, conoce al Coronel Zuliano Francisco Antonio Duarte, este le visitaría en la sala de su casa por 10 años (según las costumbres de la época) hasta casarse con ella en 1876, año importante en esta historia.

Delfina perfeccionaría su formación durante esos diez años antes de casarse con Francisco Antonio, ella aprendió inglés, francés, italiano, alemán y holandés, ayudada también por su hermano Mariano Cosme quien había asistido al Colegio Santa María, escriben y publican en conjunto el libro“Muestras de Escritura”impreso en París en 1869, en el cual se incluyen ensayos y pensamientos de Delfina, se lee en uno de ellos:

La escritura afianza los recuerdos i anula las distancias prestando luz al pensamiento para que penetre hasta en el porvenir” Delfina Isava González 1869.

Delfina y su familia compartían la pasión por la investigación en múltiples ámbitos de la ciencia y la cultura “Se leían las obras de Lamartine en su idioma original, la historia de la conquista de Méjico de Solís en su edición original, o la historia de Julio César, se recibía la Revue de Paris publicación de gran importancia que les mantenía al día del estado de la cultura europea de aquel momento”. Viajarían también en familia a Europa trayendo consigo importantes obras literarias de distinta índole, siendo la biblioteca familiar el tesoro mas preciado. Mariano Cosme, el hermano de Delfina era apasionado de la observación de las aves (ornitología), pasión que compartía con Delfina en las visitas a la Hacienda La Marroquina en San Felipe, Mariano Cosme era también amante de la agricultura, sería él quien introduciría los cultivos de arroz en Yaracuy. La cercanía de Delfina con su hermano Cosme se mantendría de por vida, deja testimonio histórico el que fuese el padrino de bautizo del sexto de sus hijos aún cuando ya no residían en la misma ciudad.

Pero no todo era color de rosas, así lo reflejan los versos y las poesías escritas por Delfina, donde se adentraba en temas políticos, y se refleja con claridad su participación en los círculos de mujeres organizadas de la época que hacían solicitudes y daban sus opiniones, así se lee en el verso “La Clemencia” escrito por Delfina y dedicado “a las señoras Henriqueta de Castillo, Elodia de Rivero y Balbina de Zumeta y a las señoritas Amarilis Burgos, Carolina Castillo y Dolores Ravel quienes solicitaron y obtuvieron el perdón para el reo Felipe Silva, sentenciado a muerte”. Encontramos así a una intelectual, poliglota, poeta, escritora y pianista con alma de docente y genes libertarios: Delfina era nieta del general patriota Casimiro Isava Sucre, hermano de Manuel Isava Sucre, quien le había salvado la vida a Simón Bolivar, no por casualidad el 11 de Febrero de 1876, el presidente para ese momento ordena el traslado de los restos de Manuel Isava Sucre al Panteón Nacional con todos los honores de prócer de la independencia.

El decreto presidencial que le daba carácter de Prócer de la Independencia al tío abuelo de Delfina revivía en la casa familiar de los Isava González las historias de Don Mariano Isava

de Alcalá (el padre de Delfina) sobre sus antepasados todos militares patriotas, hombres también de basta cultura y destacados en las aplicaciones de la ingeniería, la astronomía y la física. Estos relatos sobre su abuelo, su bisabuelo y sus tíos abuelos, todos próceres de la independencia quedarían grabados con orgullo en la mente de Delfina, lo transmitiría a sus nietos, lo que permite hoy reconstruir esta historia… Ese mismo año, 1876, Delfina se casa con el Coronel Francisco Antonio Duarte, el 19 de enero de 1877 nacería su primera hija Dolores Delfina Del Carmen y a los pocos meses su esposo, Francisco Antonio Duarte asciende a General.

El General Francisco Antonio Duarte Sánchez (esposo de Delfina) había nacido en Maracaibo estado Zulia el 20 de Octubre de 1840, al momento de su nacimiento ya su padre de nombre José Duarte había fallecido y su madre María Dolóres Sánchez Díaz falleció cuando Francisco Antonio tenía apenas 7 años de edad, quedando así huérfano de padre y madre, se criaría con una tía materna y de temprana edad encontraría refugio a su soledad en los libros y el estudio, en un principio pensó hacerse religioso, iniciando estudios en este campo, hay que recordar que las mejores bibliotecas y centros de conocimiento eran para aquella época los centros monásticos, sin embargo opta por la carrera militar. Francisco Antonio hablaba francés, inglés, latín y griego era apasionado de las matemáticas y la astronomía, pero también de la filosofía y la historia. Crearía así una dupla perfecta con su amada esposa, la única familia que tenia dada su temprana orfandad, tendrían 10 hijos: 6 hembras y 4 varones a los que educarían con esmero y dedicación, ellos mismos, en casa. Esta nueva familia se esmera en consolidar una amplia biblioteca para formar a sus hijos, se lee en la dedicatoria de un libro que le regalaría Francisco a Delfina de título “Nueva Jeografía Universal” de J. M. Royó, “A mi querida esposa dedico este libro, con el fin de perfeccionar sus conocimientos geográficos, i los transmita a nuestros hijos” 27 de noviembre de 1883, es de hacer notar que para ese momento la hija mayor tendría apenas 5 años de edad, lo cual demuestra la preocupación del padre por la educación de sus hijos.

Francisco Antonio también era apasionado por la enseñanza y la escritura como su esposa, dejarían amplios documentos escritos a este propósito como: “Un tratado elemental de Aritmética escrito en San Felipe en 1885”, “emprendido para dedicarlo exclusivamente a la instrucción de mis hijos, en este importantísimo ramo de los conocimientos humanos” , “De la disposición y uso de las tablas de los logaritmos”, otro sobre dibujo y un extenso manuscrito que forman dos gruesos volúmenes y que son traducción del francés del “Curso Elemental de Astronomía” por Ch. Delaunay. Así Delfina y su esposo formaron a sus 10 descendientes. Las tres mayores: Dolores Delfina del Carmen (1877-1952), Delfina Matilda (1878-1974)y Adriana Delfina del Carmen (1879-1968) presentaron en 1896 “Trabajos topográficos para la exposición de industrias en la apoteósis del generalísimo Miranda”, se trataba de cuidadosos planos topográficos de las ciudades de Puerto Cabello, Cumaná y la Guaira realizados por las jovencitas. Se consolidaría así el primer logro de esta mujer emancipadora, cuando sus tres hijas que comparten su nombre, pasarían a la historia, serían las 3 primeras mujeres de Venezuela en recibir en 1899 títulos universitarios de la Universidad Central de Venezuela, pero fueron exámenes de revalida, ellas estudiaron en casa, era su esfuerzo, sus conocimientos y los de su marido los que hicieron de primaria, secundaria, bachillerato y universidad. Aquel hogar fue una institución no solo universitaria sino de valores y compromiso con el país, esos títulos eran también para Delfina Isava que formalmente no poseía ninguno pero su empeño y legado trasciende hasta nuestros días.

Francisco José Mariano Duarte Isava, el quinto hijo de Delfina, nacido en 1883, se llama Francisco como su papá y José Mariano como sus abuelos paternos (José Duarte y Mariano Isava) conjugando el amor por las matemáticas y la astronomía de su padre y la cultura de la mujeres de su familia: su madre y sus cuatro hermanas mayores. Se formaría de bachiller en casa también, y quizás ahora es mas sencillo comprender como con 19 años calculó 200 decimales de Pi, convirtiendose en uno de los matemáticos más destacados del mundo en el siglo 20. Su madre y sus hermanas le enseñaron a disfrutar de la compañía intelectual, esa que encontró Bolívar con Manuela Sáenz y de la cual el matrimonio de Francisco Antonio y Delfina Matilda eran claro reflejo. No creo que sea casual el hecho de que Francisco José Duarte Isava, el hijo de Delfina contrajera matrimonio con una hermana de Teresa de la Parra: Isabel Parra Sanojo, otra familia representativa de la cultura y del pensamiento de emancipación femenina. F. J. Duarte (el hijo de Delfina) es miembro fundadorde la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales de Venezuela que inicia actividades en 1933, lo cual ha debido suponer un gran orgullo para Delfina y sus hijas mayores que estaban con vida para ese momento. Francisco José Mariano Duarte Isava (el primer hijo varón de Delfina)falleció en 1972 y la Presidencia de la República decreta la creación en su honor “El Centro de Investigacionesde Astronomía Francisco J. Duarte” según Decreto 1.524 del 28 de noviembre de 1973, cariñosamente llamado CIDA.

Delfina se ocupó de inculcar también en sus nietas y nietos que la conocieron, el respeto por la mujer, la importancia de la educación, el amor por la patria, su legado sin duda trascendió. Humberto Fernández-Morán aunque no era biológicamente de esta familia la asumió como suya, son múltiples las referencias que hace a su relación con Francisco José Duarte Isava, por eso Humberto hablaba del Mariscal Sucre (primo hermano del abuelo de Delfina) y los genes del éxito, por eso conocía de la poesía de Ramos Sucre. Humberto, nieto espiritual de Delfina, nos legó la creación del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC). Pero la conexión con esta familia iría mucho más allá, se ocuparía de ser mentor de un nieto biológico de Delfina, hijo de una de las hermanas Duarte Isava de nombre Luis Baez Duarte (1938-2018), venezolano, matemático de fama mundial que trabajaría criptografía para telecomunicaciones en importantes universidades de Estados Unidos incluida el Tecnológico de Massachusset en cooperación con Humberto Fernández-Morán y volvería a Venezuela para fundar en 1969 “El Centro de Estudios Matemáticos del IVIC”. Trabajaría con Humberto también en 1974 en la consolidación de su proyecto: Instituto Politécnico de las Fuerzas Armadas. Un bisnieto, de nombre Carlos Duarte nacido en 1957 fue un reconocido pianista de fama internacional ganador del concurso Piano Duo de Munich, inició su carrera a los 11 años de edad, pianista de la Orquesta Sinfónica Municipal de Caracas, fue el autor de la famosa obra “Reiquem para un idiota”, falleció tempranamente a los 45 años de edad en el año 2003, pero su obra es referencia obligatoria en la música nacional.

Como si fuera poco, un nieto biológico de Delfina: Carlos Federico Duarte nacido en 1939, hijo de F. J. Duarte Isava, inspirado en las historias de Delfina, se volvería historiador, como él mismo lo cuenta en la introducción de varios de sus mas de 70 libros. Probablemente Carlos F. Duarte sea de uno de los historiadores mas brillantes de esta patria, dirigió por 45 años el museo de Arte Colonial Quinta Anauco, donó a la Academia Nacional de Historia la fotografía del encabezado y buena parte de los documentos de Delfina. Carlos F. Duarte dejó físicamente este mundo el 9 de febrero de 2024, pero como decía su abuela Delfina, la escritura trasciende las generaciones, gracias a sus escritos y los de Humberto Fernández-Morán, ambos hijos de F. J. Duarte, nietos de Delfina (uno biológico y el otro espiritual) conocemos hoy esta historia.

Delfina Matilda Del Carmen Isava González, abandonó el plano físico a los 96 años de edad el 2 de julio de 1947, en Santa Rosalía Caracas, pero su pensamiento y su legado penetra en el porvenir como ella misma previó. Ejemplo de mujer científica y de la emancipación femenina en nuestro país, la madre, tutora y educadora de las 3 primeras mujeres graduadas en Venezuela, del matemático y astrónomo venezolano mas reconocido del siglo XX. Podemos decir que Delfina es “abuela” de la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales de Venezuela, del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC), del Centro de Observación Astronómica F. J. Duarte, del Centro de Estudios Matemáticos del IVIC, del Museo de Arte Colonial Quinta Anauco y de buena parte de la memoria histórica de nuestro país. El nombre “Delfina” que nuestra protagonista puso en alto y lo dio a todas sus hijas mayores proviene del griego delphus, que significa “útero”. En el Día Internacional de la Mujer, nos sentimos orgullosos y orgullosas de nuestras raíces y gritamos ¡Delfina vive!.

Gloria Georgette Carvalho Kassar

La ciencia de comunicar

Muchos científicos coinciden en que lo más difícil de demostrar son las cosas más sencillas u obvias. Por ello, la Oficina de Gestión Comunicacional (OGC) de la Fundación Centro Nacional de Desarrollo e Investigación en Telecomunicaciones (Cendit) implementó atractivas dinámicas para explicar la importancia de la comunicación al personal de este ente adscrito al Ministerio del Poder Popular para Ciencia y Tecnología (Mincyt), las cuales permitieron identificar el valor de divulgar lo que se hace en Venezuela para impulsar el concepto de ciencia abierta.

La licenciada en Comunicación Social, Isabel Hernández, y Geraldine Hernández, técnica superior universitaria en Publicidad y Mercadeo, ambas recién graduadas en la Universidad Bolivariana de Venezuela y en el Instituto Américo Vespucio respectivamente, atrajeron la atención del público con recursos desde música incidental, pasando por referencias de la historia patria y llegando hasta preguntas retóricas para incitar a la reflexión de que la innata necesidad del hombre por expresarse e intercambiar su parecer con otros puede servir para el mayor bien común o para la manipulación negativa, ésto último en referencia a las fake news o noticias falsas.

Durante esta actividad para los trabajadores, se recordó que la comunicación social es parte de las ciencias sociales y que cada publicación requiere de una exhaustiva investigación antes, durante y después de ser mostrada en los medios tradicionales (radio, prensa, televisión) y en los medios actuales liderados por las redes sociales. Asimismo, destacó que Simón Bolívar creó el Correo del Orinoco un 27 de junio (fecha que coincide con el aniversario del Cendit) de 1818 porque tenía claro el poder del transmitir información para estimular el pensamiento y convocar a la participación en la generación de ideas que constituyen a una sociedad.

Y justamente en ese interés de aportar a la sociedad actual, revolucionaria y colaborativa, la OGC del Cendit reseña, escrita y audiovisualmente, no sólo los proyectos de la institución sino que participa exitosamente en campañas del Mincyt en pro de la visibilización de la mujer en la ciencia. Esta labor le ha sido reconocida al confiarle a Candi Moncada, jefa de dicha OGC, el manejo comunicacional del Polo Científico Tecnológico de Venezuela, de la Oficina Nacional de Enlace con la Organización Internacional de Energía Atómica, así como de la Red Latinoamericana de Educación y Capacitación en Tecnología Nuclear (Lanent).

En sesión de preguntas y respuestas, Dino Di Rosa, director Ejecutivo del Cendit, recalcó la importancia de documentar y comunicar lo que se hace para evitar el desconocimiento que existe, como ejemplo lamentable, sobre la labor de Humberto Fernández-Morán, Héctor Rojas y muchos otros científicos venezolanos. Añadió, que desde la creación del Cendit, hace casi 20 años, se levantan informes con fotografías desde el primer día del inicio de un proyecto para dejar un archivo histórico de gran valor para generaciones futuras.

Por su parte, Luis Santos, director de Desarrollo e Investigación, agradeció la disposición de la mayoría de los profesionales y técnicos, quienes son mayoritariamente ingenieros, al ser parte de los videos y fotos que se les solicita, por encima del miedo escénico que comúnmente generan las cámaras y micrófonos.

Pierina Quintero / Prensa Cendit
Fotografías / Candi Moncada